Control de calidad Prove®

Cómo nos aseguramos que nuestro guisante cumple con todos los requisitos para ser excelente

El rigor del pliego de condiciones Prove®

Una vez cosechas, los guisantes se envían a una de las plantas de envasado certificadas, donde se almacenan con precaución, en una cámara frigorífica específica a una temperatura regulada con una precisión de un grado, antes de pasar por la criba.

Para asegurar una calidad óptima y constante, se definen todos los criterios medibles en un pliego de condiciones compartido por todos los actores del sector Prove® y está controlado por un organismo independiente.

Estos criterios están controlados por un organismo de control independiente (Bureau Veritas) que garantiza el cumplimiento del pliego de condiciones, la calidad constante y la trazabilidad de los guisantes. Cada temporada, se comprueban más de 1.500 lotes al azar.

El procedimiento es idéntico en cada control, en toda Europa. Cada guisante se estudia con la mayor atención. Un control dura aproximadamente 2 horas. Se basa únicamente en criterios objetivos, de modo que no puede ser sujeto a interpretación.

¿Sabías que?

Solo del 65 a 70% de los guisantes cumplen el pliego de condiciones Prove®

Evidentemente, los demás también se destinan al mercado de los frescos o a la industria. ¡Nada se pierde! 

Una seguridad alimentaria total

La asociación Prove® Europe fomenta el control de la calidad.La totalidad de la producción de los guisantes Prove® cumple criterios de seguridad alimentaria dos veces más exigentes que aquellos impuestos por la normativa europea.

Prove® también vela por una trazabilidad ejemplar de sus guisantes lo que permite, para cada bandeja o cajita, identificar la planta de envasado y el productor correspondiente.

¿Sabías que?

Para velar por la calidad óptima de los guisantes, las líneas de selección se ralentizan entre un 20 a un 30% con respecto a otras variedades.

Las etapas de selección de nuestros guisantes

Una vez cosechadas, las vainas de  guisantes Prove® se envían a las plantas de envasado. Se almacenan allí con precaución, en una cámara fría específica con una temperatura regulada con una precisión de un grado, para ser conservadas en las mejores condiciones posibles.

 

Pasan luego debajo de un gran escáner que permite clasificarlos por peso y calibre (obligación legal) y detectar los guisantes que presentan defectos relevantes. Los guisantes pasan luego por las manos expertas y bajo la mirada atenta de los profesionales se seleccionan y ordenan.